REFLEXIONES DE OTOÑO
(inevitablemente en recuerdo de Aníbal Omar Vélez)
“No importa lo difícil que puedan ser las cosas,
siempre habrá una solución”
y cuando no la hay es porque así debe ser,
aprendamos a considerar causas que no manejamos,
aceptemos con humildad que la omnipotencia no es humana
y que somos parte del universo que sigue su designio.
Abril y Mayo, son meses en los que se conmemoran sucesos significativos que este año debo transitar sola y que me mueven a la reflexión que comparto con mis amigos.......
El 18 de abril es el 13º aniversario del Solar de los Ángeles, un proyecto que comenzamos con Aníbal con el propósito de “dar y recibir”, donde durante años dimos albergue a personas que necesitaban apoyo, atención y cariño, y fuimos la familia que no tenían... abuelas olvidadas que ya partieron, muchachas sin trabajo que luego viajaron o despegaron con mejores objetivos algunas de las cuáles todavía me llaman con gratitud y no olvidan la solidaridad que caracterizaba a Aníbal. Hoy los que comparten el Solar tiene trabajo y me brindan un necesario apoyo económico para afrontar la vida, ya no hay nadie que necesite mis cuidados, son más independientes y por lo único que tengo que preocuparme es que estén cómodos habitando un lugar de paz y solidaridad donde la convivencia es armónica y la naturaleza regala flores por doquier. En la vida hay momentos de realizar misiones que no hay que dejar escapar ¡qué felicidad embarga el alma cuando uno puede brindarse! en eso Aníbal tenía maestría... sin distinción alguna..... dar... un hogar, una familia, alimento, cariño, apoyo. No había animal que permaneciera abandonado ni enfermo si se cruzaba en su camino... medicina, alimento, hogar y amor para los desamparados; la casa se convirtió en un desfile de gente que traía animales encontrados en las calles, en las plazas: perros, gatos, conejos, loros, cobayos, gallinas (yo le decía “sólo a vos te puede pasar que alguien te traiga una gallina que encontró en la calle, un loro que se cayó en su patio, un conejo herido encontrado en la plaza al cuál debo remendar”). No sé cómo pero nos hacíamos tiempo para todo, brindarse a las abuelas, escucharlas, contarle los puntos del tejido, hacerles alguna comidita que deseaban, ayudar a las jóvenes a encontrar trabajo, darles la alegría y la dignidad de un regalito inesperado... la vida no es una novela rosa y seria utópico que no hubiera ingratitudes propias del ser humano... pero jamás opacaron la satisfacción de dar ni generaron arrepentimiento... Las plantas que tan dedicado cuidaba, siguen dando flores y en todo está su marca (“aquello que hay que dejar en la vida” siempre decía Aníbal).
El 29 de abril, día del animal, es su cumpleaños; taurino de ley, gastaba muy poco en él y era desprendido, cálido y desinteresado. Le preocupaba que todos estuviesen contenidos y su solidaridad se extendía a conocidos y desconocidos.
Hace 25 años un 18 de mayo comenzamos a caminar juntos la vida y el 27 de mayo hará un año que viajó a la luz... Nada le fue fácil... pero cuánto dio.
Tal vez algunos caminos sean más o menos espinoso que otros... pero qué diferentes e viven los escollos cuando uno está enriquecido por la paz y la serenidad de la fortaleza espiritual. Veo a mi alrededor muchos seres abatidos, quejosos, encerrados, afeados por la falta de optimismo, enfermos por falta de alma; gente que no lucha, no busca, no se supera, no tiene nada para dar y no sabe recibir, vacíos de intelecto y espíritu...
No importa lo que te pase, importa cómo afrontes seguir, el dolor no se acrecienta ni se mitiga con el abatimiento, no todo debe ser fácil ni estar digerido y los que nos rodean no tiene por qué padecernos... cada cuál debe realizar su propio trabajo de superación... en unos será natural, en otros implicará propósitos... alcanzar la meta cuesta pero proponerla es el primer escalón y eso supone un trabajo diario con uno y con los otros (sin división sino con identificación)...
Crecer, cambiar día a día como gotita en el océano para que el mundo cambie y crezca, buscar la perfección espiritual y no la física, quitar piedras del camino, aportar armonía y paz, orden (del caos al cosmos), ojos de niño, predicar con el ejemplo, dar y recibir, quererse y expresarlo, tener amigos.
Agradezco a la vida la paz. Al lado de Aníbal, crecí en el descubrimiento del camino espiritual, en el ejercicio de dar, en la búsqueda del ser verdadero, y en el amor... si alguna de parte de su misión quedó inconclusa, la que caminó a mi lado estuvo llena de realizaciones.
Compartamos su recuerdo
con amor PATRICIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario